La cultura de la sobreinformación y la avalancha de imágenes ha disminuido la brecha que existía entre autor y espectador, la instantaneidad de la era de internet y las múltiples posibilidades de apropiación y modificación que nos brindan las nuevas tecnologías han colocado a disposición de los artistas una infinidad de herramientas y posibilidades. En la actualidad el artista ya no elabora sus obras a partir de una materia prima, "para ellos ya no se trata ya de elaborar una forma a partir de un material en bruto, sino de trabajar con objetos que ya están circulando en el mercado cultural". Todas esas practicas artísticas tiene como base otras formas ya elaboradas, en lo que conocemos como postproducción el artista aprende a servirse de las formas, apropiárselas y habitarlas.
Bourriaud utiliza el concepto del dj para explicar y comparar el papel que desempeña el artista en la era de la postproducción, el dj activa la historia de la música, copiando, pegando y mezclando piezas musicales que darán paso a nuevas creaciones, las cuales pueden ser tomadas y utilizadas por otros dj's para ser modificadas infinitamente, lo mismo ocurre con el artista contemporáneo, esta mezcla de imágenes, objetos y conceptos se vuelve en si mismo un tema dentro de la practica artística, donde se generan nuevos comportamientos y relaciones, el arte puede ser reutilizada mezclada y modificada, dejando atrás esa actitud pasiva de la obra de arte terminada, la creación pasa de ser una actividad solitaria a una colectiva, la pieza artística es obra y al mismo tiempo material a disposición de otras mentes creadoras.
Utilizar un objeto o imagen ya creada no implica solamente utilizarlo de manera pasiva sino que requiere una reinterpretación, modificando su concepto y otorgándole una nueva lectura, la postproducción si lo analizamos bien desde su raíz tiene cierta similitud con lo que Marcel Duchamp expone en su "Ready made", existe una reapropiación cultural de un objeto, insertándolo dentro de un nuevo escenario.
Dentro de esta búsqueda surgen nuevas materialidades, utilizando elementos despreciados e ignorados en algún momento. Borriaud señala que la pregunta del artista ya no es ¿Qué es lo nuevo que se puede hacer? (ya todo está hecho) sino ¿Qué se puede hacer con?, todo hoy esta a disposición del artista en una especie de mercado de las pulgas, donde la producción del pasado adquiere un nuevo significado, creando nuevas experiencias.
En esta búsqueda se comienzan a utilizar materiales y objetos cotidianos, surgen nuevas relaciones y formas de colaboración entre artistas, totalmente opuestas a las del siglo pasado en las que el reconocimiento personal y el derecho de autor eran lo que predominaba.
Las nuevas formas de relacionarse en el mundo del arte requieren de una profunda colaboración en cuanto a compartir materialidad y experiencias que permiten seguir renovando y colaborando en esta constante reinterpretación y reinvención como forma activista de luchar contra la cotidianeidad, creando nuevos espacios e ideas, donde el encuentro de la obra con el espectador es mas importante que el "autor" de la misma.
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